sábado, 10 de noviembre de 2007

La escuela del conocimiento y la docencia de la observación en el plantel de los instintos

La escuela del conocimiento y la docencia de la observación en el plantel de los instintos
Como animales somos esencialmente curiosos e intranquilos. Poseemos una necesidad de encontrar conocimiento y de definir todo lo que nos rodea.

Tenemos una urgencia innata a explicarlo todo y asimismo de aprender…

Aprendemos de las observaciones que hacemos, de las preguntas que formulamos y de lo que advertimos en el comportamiento de todos los demás.

Los animales, que nos rodean, son nuestros maestros, como maestros también lo son nuestros mentores, amigos y seres queridos.

Nuestros animales nos enseñaron las diferencias en los métodos que emplearan entre ellos para lograr los mismos fines. De ellos derivamos experiencias tempranas como son el atributo de la lealtad, la capacidad de soportar el dolor, el espíritu altruista y el significado mismo de la experiencia sexual.

De nuestros instintos, aprendimos el placer del cariño, el olor especial del ser a quien amamos, como aprenderíamos los resultados deletéreos de los excesos, que corrompen la calidad y el curso de nuestras existencias.

Aprendimos a temer, a amar y al mismo tiempo aprendimos a ser capaces de actos heroicos que sobrepasan las inhibiciones impuestas por el temor.

El desarrollo y la etología
Job nos dice que preguntemos a las bestias y que ellas nos enseñarán. Preguntémosles a ellas, entonces, como nos aconsejara él.

¿Qué nos dicen los insectos? Nos dicen que siendo extraordinariamente distintos a nosotros en todos los respectos: no poseen cerebro, ni vasos sanguíneos, ni tampoco huesos, ni hígado, pulmones, o riñones, ni que sudan para disipar el calor --- los insectos nos dicen que, resolviendo los problemas para sobrevivir, han triunfando --- logrando ser los animales más exitosos en el planeta.



¿Qué nos enseñan las aves? La curruca de cuello negro pesa 9 gramos. Con un aumento temporal y mínimo de peso, en el otoño hace el cruce sobre el océano de Massachussets a Venezuela de 3,520 Km. en diez días.

El gorrión de anca blanca completa su vuelo de 14,400 Km. en quince días, con un peso inicial de 30 gramos.

Ambos insectos y aves nos enseñan que el peso que logran, prefieren, y mantienen es establecido para conservarlos en línea con las mejores oportunidades de lograr vidas reproductivas y evitar los predadores de toda estirpe que pueden atacarlos.

De todos los animales aprendemos que existen márgenes de seguridad, entre los cuales operamos con eficiencia, y que existen requerimientos para que nosotros aprovechemos en su totalidad nuestras habilidades físicas y mentales.

El Jardín del Edén
Cuando fuéramos despedidos, por nuestra curiosidad, entre otros vicios, del famoso mítico Vergel, nuestros cuerpos eran endebles y poco dispuestos para ajustarnos a una Naturaleza con exigencias enormes en su inventario.

No siendo el más veloz de los seres vivos, logramos perseguir a una presa capturándola cuando, al fin, ésta se desplomara de cansancio.
Sin alas, volaríamos a velocidades supersónicas, aterrizando en locales insospechados como son la luna y, posiblemente otros planetas.
Sin pelaje y sin plumaje, nos revestimos con las pieles preciosas de animales a quienes cazamos, exterminamos o mantenemos en cautividad.
Leemos, hablamos, cantamos, componemos música, escribimos novelas, poesías, fórmulas químicas y matemáticas --- lo hacemos, mientras que esos mismos pensamientos, en forma abstracta se transmiten por medio de instrumentos electrónicos por todo el espacio sideral.
Salimos del Edén, pero muy pronto, nos creímos divinos, tratando de usurpar el fuego sagrado.

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